El mar peruano se localiza en la más importante área de afloramiento del mundo, con niveles de productividad superiores a cualquier otro ecosistema marino, base de la inmensa cadena trófica, que favorece el desarrollo de grandes volúmenes de recursos pesqueros, entre los que destaca la anchoveta (Engraulis ringens) (Nixon & Thomas, 2001; Bakun & Weeks, 2008). Por otro lado, el ecosistema frente al Perú se caracteriza por su mayor sensibilidad a la variabilidad climática interanual y multidecadal en relación a otros ecosistemas del mundo (Chávez et al., 2008). La anchoveta, es una especie pelágica clave en la cadena alimentaria del ecosistema, tiene gran importancia en la pesquería peruana y es una importante fuente generadora de divisas del país después de la minería (Bouchon et al., 2010). Se conoce como El Niño, a una anomalía climático que dura varios meses y se desarrolla en el Pacífico Ecuatorial (Takahashi, 2017), cuya magnitud está en función del valor de la anomalía de la Temperatura Superficial del Mar (TSM) que más persiste durante este evento.