22 Libros & Ciencias N°1 El fenómeno El Niño se carac-teriza por un calentamiento inusual del océano Pacífi- co tropical, cuyas repercusiones pueden afectar el clima en gran parte del mundo. Históricamente, en el Perú, este fenómeno se ha manifestado mediante el calenta- miento del aire e intensas lluvias e inundaciones en nuestra costa. La investigación científica sobre El Niño ha avanzado mucho en las últimas décadas, lo cual ha permitido que agencias mundia- les lo monitoreen y pronostiquen con varios meses de anticipación. En el Perú, la Comisión Multi- sectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN)1 es el ente científico y técnico multisectorial que tiene la función de monitorear, vigilar, analizar y alertar sobre las ano- malías del océano y la atmósfera que permitan diseñar medidas de prevención oportunas para re- ducir los impactos del fenómeno. Actualmente2 está conformada por el Instituto del Mar del Perú (IMARPE) —que la preside en forma permanente—, el Servicio Nacional de Meteorología e Hi- drología (SENAMHI), el Instituto Geofísico del Perú (IGP), la Direc- ción de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú (DHN), la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Re- ducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED) y el Instituto Na- cional de Defensa Civil (INDECI). Además, la coordinación técnica del ENFEN se rota anualmente3 entre sus miembros . El ENFEN se reúne una vez al mes4 y continua- mente emite comunicados oficia- les e informes técnicos en los que evalúa la situación del fenómeno, sobre la base de información de variables oceanográficas, meteo- rológicas, hidrológicas y biológi- co-pesqueras, y modelos numéri- cos desarrollados por organismos nacionales e internacionales. ¿Podemos prevenir los desastres? Monitoreo del fenómeno El Niño y su impacto socioeconómico en el Perú Alejandra Martínez «Si bien los sistemas operacionales para el monitoreo de El Niño han progresado en las últimas décadas, los eventos de 2015-2016 y de 2017 muestran que aún existen fuertes desafíos en su investigación y en su predicción operativa». 1 El ENFEN se constituyó como Comité Multisectorial en 1977, mediante Resolución Ministerial 120-77-PM/ONAJ. El Decreto Supremo 007-2017-PRODUCE adecuó el ENFEN a la ley 29158, Ley orgánica del Poder Ejecutivo, y cambió su denominación de comité a comisión. El reglamento interno del ENFEN se aprobó mediante Resolución Ministerial 367-2017-PRODUCE. 2 El ENFEN estuvo originalmente conformado por el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), el Instituto Geofísico del Perú (IGP), la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina (HIDRONAV) y la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales (ONERN). En 1997, mediante Resolución Suprema 053-97-PE, se recompone y se incluye como miembro al Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) y a la actualización de la nueva denomi- nación de ONERN como Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA). El Decreto Supremo 007-2017-PRODUCE incorporó al Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED) y a la Autoridad Nacional del Agua (ANA). 3 Para el periodo 2015-2016, la coordinación técnica estuvo a cargo del IGP y en el periodo 2016-2017, del IMARPE. 4 Quincenal o semanalmente, en caso de situación de alerta de El Niño o La Niña costeros. 23 Libros & Ciencias N°1 Si bien el ENFEN se conformó hace cuarenta años, recién en 2012 se aprobó una definición operativa de El Niño y La Niña —la versión fría de El Niño—, para lo cual se estableció opera- cionalmente el Índice Costero El Niño (ICEN) como la «media co- rrida de tres meses de las ano- malías mensuales de la tempe- ratura superficial del mar (TSM) frente a la costa norte del Perú, específicamente en la región denominada Niño 1+2, y esta- bleció umbrales que permitían determinar la presencia de estas condiciones»5. Por otro lado, la gran mayo- ría de agencias internaciona- les, como la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos, definen El Niño como parte del fenómeno de gran escala cono- cido como El Niño-Oscilación Sur (ENOS). Para ello se utilizan índices como la temperatura en el Pacífico central en la región Niño 3.4 (por ejemplo, el Oce- anic Niño Index ONI), el Multi- variate El Niño Index (MEI) o el Índice de Oscilación Sur (IOS) (Takahashi, Mosquera & Reupo, 2014). Esto se debe a que dichos índices guardan mayor relación con los impactos en sus países correspondientes, mientras que la temperatura en la costa de Sudamérica es relevante solo para esta región. Esto claramente puede crear confusión sobre qué es El Niño. Más aún, el calentamiento del Pací- fico central también se manifies- ta con la reducción de lluvias en los Andes y en la Amazonía pe- ruana, por lo que el ENFEN debe considerar los dos tipos de índi- ces para el monitoreo de El Niño, tanto en la costa (Niño 1+2) y en el Pacífico central. Para reducir la ambigüedad, el ENFEN introdujo los conceptos diferenciados de «El Niño costero» (calentamien- to en la región Niño 1+2) y «El Niño en el Pacífico central» (ca- lentamiento en la región 3.4), sin dejar de lado la existencia de la versión «fría» de ambos eventos (La Niña costera, y La Niña en el 5 Las anomalías de TSM se calculan usando la climatología mensual calculada para el periodo base 1981-2010. La fuente de datos para este índice son las TSM absolutas del producto ERSST v3b de la NOAA (EE.UU.) para la región Niño 1+2: http://www. cpc.ncep.noaa.gov/data/indices/ersst3b.nino.mth.ascii. Los estados del sistema de alerta son: no activo, vigilancia de El Niño (La Niña) costero(a), y alerta de El Niño (La Niña) costero(a). Fuente: https://www.climate.gov/news-features/understanding-climate/el-niño-and-la-niña-frequently-asked-questions 24 Libros & Ciencias N°1 Pacífico central) ni la posibilidad de combinaciones entre ellos (Martínez y Takahashi)6. Para poder hacer una eva- luación inicial sobre la utilidad de esta clasificación hecha en 2012, tanto sobre la opinión pública como sobre las accio- nes de prevención realizadas a escala nacional, se analizan bre- vemente los últimos dos even- tos: El Niño 2015-2016, y El Niño costero 2017. El Niño 2015-2016 El evento El Niño de 2015-2016 fue uno de los más cálidos re- gistrados en el Pacífico ecua- torial del que se tenga noticia, comparable con aquellos even- tos de 1982-1983 y 1997-1998; posiblemente haya sido el me- jor pronosticado en la historia. Desde mediados de 2015, los grandes centros de pronóstico de todo el mundo habían dado la voz de alarma ante la poten- cialidad de este «mega-Niño». La cobertura de medios fue enorme, pues existía genuina preocupación por los posibles impactos globales. Sin embargo, este even- to tuvo sus particularidades. L´Heureux y otros (2017)7 han descrito detalladamente la evo- lución del evento y han indicado que las anomalías de tempera- tura superficial y subsuperficial del mar en el Pacífico occiden- tal-central fueron muy cálidas, hasta alcanzar un pico durante noviembre 2015-enero 2016, con una disminución paulati- na y su posterior desaparición en mayo 2016. Por su parte, las anomalías del Pacífico orien- tal fueron cálidas, pero com- parativamente menores que esos eventos. La consecuencia de esto para el Perú fue que, si bien el evento produjo las con- diciones secas esperadas en los Andes y en la Amazonía, afor- tunadamente no devino en las temidas lluvias torrenciales en la costa norte que sí observaron en los eventos de 1982-1983 y 1997-1998. Tal como señalan L´Heureux et al. (2017), la comunicación sobre los pronósticos y el desa- rrollo del evento se dio a nive- les nunca antes vistos, debido —principalmente—a las redes sociales, que, a través de videos, infografías y blogs, se mantu- vieron continuamente activas. Así, hubo una desconexión en las temporalidades de la infor- mación proporcionada. Por un lado, el fenómeno El Niño es estacional y de lento desarro- llo y operacionalmente es eva- luado rutinariamente a inter- valos mensuales —y en casos excepcionales, quincenales—, mientras que las redes sociales requieren información fresca y actualizada en forma instantá- nea. Este desfase provocó que casi cualquier fenómeno atmos- férico fuera acreditado a El Niño —estuviera probadamente rela- cionado con este o no—. En el Perú, el ENFEN, a tra- vés de sus comunicados oficia- les, informó tanto del estado8 de El Niño costero como sobre los pronósticos y desarrollo del evento en el Pacífico central. En junio de 2015 se instaló la Comisión Multisectorial de Na- turaleza Temporal ante Lluvias Intensas, cuya presidencia es- tuvo a cargo de la Secretaría de Gestión del Riesgo de Desas- tres, de la Presidencia del Con- sejo de Ministros9 . Debido a la preocupación por la potencial fuerza devastadora del evento, en setiembre de 2015 se creó el Consejo Nacional de Gestión del Riesgo del Fenómeno de El Niño, conformado por ocho sec- tores y presidido por el Minis- terio de Agricultura10. Entre sus funciones estuvieron realizar, principalmente, obras de pre- vención como reacondiciona- miento, reforzamiento y limpie- za de infraestructura agrícola, protección de infraestructuras y mobiliarios, orientación al ciu- dadano, preparación de módu- los temporales de vivienda, en- tre otras. En octubre se aprobó el Plan de Acciones Multisecto- riales ante Probable Ocurrencia del Fenómeno El Niño y Tem- porada de Lluvias 2015-201611. A través del programa presu- puestal N°. 068 «Reducción de 6 Por ejemplo, el fenómeno El Niño 1997-1998, de gran recordación en el país por sus impactos catastróficos, fue tanto El Niño costero como El Niño en el Pacífico central (Martínez & Takahashi, 2017). 7 Los autores de este trabajo son investigadores asociados a tres instituciones nacionales de pronóstico de El Niño: la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) en Estados Unidos, el Bureau of Meteorology (BoM) en Australia y el ENFEN en el Perú. 8 Estado de vigilancia de El Niño costero durante marzo y abril de 2015, y estado de alerta de El Niño costero desde mayo de 2015 hasta la segunda quincena de abril de 2016. 9 Resolución Suprema 160-2015-PCM. 10 Decreto de Urgencia 004-2015. 11 Plan de acciones multisectoriales ante probable ocurrencia del fenómeno El Niño y temporada de lluvias 2015-2016: http:// www.redhum.org/documento_detail/17579 25 Libros & Ciencias N°1 la vulnerabilidad y atención de emergencias por desastres», se invirtieron S/2414 millones du- rante 2015 y 2016, lo cual sig- nificó un histórico de gasto en este tipo de obras. Además, en el Congreso se creó la Comisión Especial denominada «Acciones del Congreso de la República para la Prevención y Colabora- ción frente al Fenómeno El Niño 2015-2016», encargada de la supervisión, fiscalización, segui- miento y control de las acciones de prevención y mitigación. La ejecución de los trabajos de limpieza de cauces de ríos y drenes, la limpieza de quebradas y el reforzamiento de zonas vul- nerables, entre otras acciones, fueron un desafío para las ins- tituciones locales, regionales y nacionales, y expusieron las de- ficiencias y fortalezas existentes en las capacidades de coordina- ción interinstitucional e intrasec- torial, así como en la capacidad de ejecución financiera y física, en la capacidad de liderazgo, en- tre otras, para efectuar obras de esa envergadura. Por otro lado, si bien a inicios de setiembre de 2015 el ENFEN estimó un 55% de probabilidades de que en el ve- rano El Niño podría ser tan inten- so como en los años 1982-1983 y 1997-1998 en la costa13 , este cál- culo se redujo progresivamente hasta 20% a inicios de enero de 201514. Al ver que estas condicio- nes no se materializaban, el Mi- nisterio de Economía y Finanzas pudo redireccionar los recursos. Sin embargo, el impacto espera- do asociado a sequías en la re- gión andina sí ocurrió y se efec- tuaron acciones de mitigación. El Niño costero 2017 Durante el segundo semestre de 2016 se desarrollaron condicio- nes frías de La Niña en el Pacífi- co central, y para inicios de 2017 estas ya habían cesado; no obs- tante, sus efectos persistieron en la atmósfera unos pocos me- ses más. A inicios de diciembre 2016, el ENFEN previó 66% de probabilidades de que en la cos- ta se tendrían condiciones neu- trales durante el verano y solo 8% de El Niño15. Sin embargo, a mediados de enero de 2017 se inició un abrupto calentamiento del mar frente a la costa y sobre la base del análisis de la evolu- ción de las condiciones oceáni- co-atmosféricas en el Pacífico oriental, el 24 de enero el ENFEN inició el estado de «Vigilancia de El Niño costero»16. El 2 de febre- ro, este estado pasó a «Alerta de El Niño costero»17, puesto que las condiciones favorecían un au- mento en la frecuencia de lluvias de magnitud muy fuerte, sobre todo en la costa norte —este es- tado se mantuvo hasta mayo—. Este evento sorprendió a to- dos. No fue pronosticado ni reco- nocido por las grandes agencias internacionales debido a que el calentamiento estuvo limitado a la costa sudamericana, lo cual llevó a que se convirtiera en el arquetipo de lo que en la cultura popular se conoce ahora como «El Niño costero». El ENFEN solo pudo dar aviso de su presencia en enero, cuando las lluvias in- usualmente fuertes se empe- zaban a registrar en Piura18. Las precipitaciones se intensificaron con gran fuerza durante febrero en toda la costa norte y parte de la costa central y sur, y afectaron campos de cultivo, colapsaron puentes y caminos, inundaron grandes zonas urbanas, etcéte- ra. El pico de lluvias se dio du- rante marzo, para empezar a dis- minuir progresivamente en abril y extinguirse en mayo (Martínez y Morón). Sin embargo, este no fue el primer evento El Niño costero muy fuerte registrado. Se estima que el evento El Niño de 1891 fue similar y de hecho fue el que llevó a que se publicaran los pri- meros reportes científicos que daban cuenta de su desarrollo. En 1891, el doctor Luis Carranza publicó, en la Sociedad Geográ- fica de Lima, un artículo sobre la intensidad del fenómeno de ese año, en el cual indicaba que, además de aguas cálidas, trans- portó «restos de grandes lagar- tos de Tumbes, así como troncos de árboles, hasta las playas de Pacasmayo» en La Libertad; do- cumentó, además, la ocurren- cia de lluvias que provocaron grandes inundaciones en abril y mayo. En 1892, el capitán de navío Camilo Carrillo expuso en el mismo boletín que «los mari- nos paiteños que navegan fre- cuentemente cerca de la costa y en embarcaciones pequeñas, ya al norte o al sur de Paita, cono- cen esta corriente y la denomi- nan corriente del Niño, sin duda porque ella se hace más visible y 13 Comunicado Oficial ENFEN N°15-2015. 14 Comunicado Oficial ENFEN N°01-2016. 15 Comunicado Oficial ENFEN N°16-2016. 16 Comunicado Oficial ENFEN N°02-2017. 17 Comunicado Oficial ENFEN N°03-2017. 18 El Comercio, 24 de enero de 2017, «Piura: reportan varios aniegos en la ciudad tras fuerte lluvia». 26 Libros & Ciencias N°1 palpable después de la Pascua de Navidad», en lo que es la primera referencia al nombre de «El Niño». Un segundo evento que tuvo características muy similares al de 2017 fue el de 1925, el cual se aso- ció a lluvias severas e inundacio- nes en el norte de Perú y en el sur de Ecuador entre febrero y abril, y fue el tercero más fuerte en el siglo XX, debido a sus impactos en el Pacífico oriental. Takahashi y Martínez (2017) hacen una minu- ciosa evaluación de este evento a través de observaciones in situ obtenidas de numerosas fuentes. A partir de ello, indican que ese Niño costero se caracterizó por condiciones cálidas en el Pacífico oriental y, en paralelo, por condi- ciones frías en el Pacífico central. Los datos hidrográficos y mareo- gráficos indican que las ondas Kelvin tuvieron escasa influencia en el inicio del evento, mientras que los datos meteorológicos de barcos mostraron fuertes vientos del norte a través del ecuador y el fortalecimiento/debilitamiento de las zonas de convergencia in- tertropical (ZCIT) al sur/norte del ecuador. Los autores proponen que esta interacción océano-at- mósfera, entre el calentamiento del mar y la intensificación de la ZCIT al sur de la línea ecuatorial, sumada a los vientos del norte, ayudó al establecimiento y persis- tencia de este evento y a producir la lluvia costera muy fuerte que se sintió en el país. El análisis poste- rior del ENFEN (2017) indica que los mecanismos físicos que pro- dujeron el evento El Niño costero de 2017, así como sus característi- cas en el espacio y tiempo, fueron muy similares a las de 1925. En el país, los impactos de El Niño costero 2017 fueron muy fuertes. Hubo daños personales y materiales, se declaró el estado de emergencia en 879 distritos ubicados en 109 provincias y 14 regiones, y hubo un gran núme- ro de fallecidos, desaparecidos y heridos, así como 21 000 vivien- das colapsadas, 710 estableci- mientos de salud afectados y 39 colapsados, 323 puentes destrui- dos, entre otros (INDECI). La reac- ción del gobierno fue rápida, con acciones de respuesta como la coordinación con los principales sectores, el fortalecimiento del Centro de Operaciones de Emer- gencia Nacional, el apoyo de miembros de la Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, y el Cuerpo General de Bomberos, así como el establecimiento de un puente aéreo de ayuda. A fines de abril se promulgó la ley 30556, Ley que aprueba disposiciones de carác- ter extraordinario para las inter- venciones del gobierno nacional frente a desastres y que dispone la creación de la autoridad para la reconstrucción con cambios. Asimismo, en setiembre —cinco meses después de culminado el evento—, mediante el Decreto Supremo 091-2017-PCM, se apro- bó el Plan de la Reconstrucción. Conclusiones Si bien los sistemas operacionales para el monitoreo de El Niño han progresado notoriamente en las últimas décadas, tanto el evento El Niño 2015-2016 como El Niño costero 2017 muestran que aún existen fuertes desafíos en su in- vestigación y en su predicción operativa. Para el Perú es de es- pecial interés el estudio sobre eventos de El Niño costero, pero los mecanismos físicos de estos, cuyo entendimiento es necesario para su predicción, prácticamen- te no han sido estudiados (Martí- nez y Takahashi). De igual modo, si bien hay avances que nos ayu- dan a entender cómo eventos El Niño pueden llegar a ser tan intensos en nuestra costa, como en 1982-1983 y 1997-1998 (por ejemplo, Takahashi y Dewitte), ¿por qué estos mecanismos no fueron efectivos en 2015-2016? En este contexto, es importante que el Perú lidere la investigación científica sobre estos temas que son necesarios para el país, pero no internacionalmente. Fuente: https://www.climate.gov/news-features/understanding-climate/el-niño-and-la-niña-frequently-asked-questions 27 Libros & Ciencias N°1 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Carranza, L. (1891). «Contracorriente marítima, observada en Paita y Pacasmayo». Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima 1 (9), pp. 344-345. Carrillo, C. (1892). «Hidrografía oceánica: las corrientes oceánicas y estudios de la Corriente Peruana o de Hum- boldt». Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima 2, pp. 72- 110, Estudio Nacional del Fenómeno El Niño - ENFEN. (2012, 9 de abril). «Definición operacional de los eventos El Niño y La Niña y sus magnitudes en la costa del Perú». Estudio Nacional del Fenómeno El Niño – ENFEN. (2015). «Co- municados oficiales y notas de prensa ENFEN». https:// imarpe.gob.pe Estudio Nacional del Fenómeno El Niño – ENFEN. (2016). «Co- municados oficiales y notas de prensa ENFEN». https:// imarpe.gob.pe Estudio Nacional del Fenómeno El Niño – ENFEN. 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Es fundamental contar con información oportu- na y confiable sobre los mecanis- mos de prevención, preparación y respuesta, que consideren las particularidades que presentan los diferentes eventos El Niño en nuestro país. Asimismo, es preci- so reducir las incertidumbres en el pronóstico y mejorar la forma en que los usuarios lo reciben, interpretan y aplican (L´Heureux et al.). Las acciones en el ámbito de los gobiernos nacional, regional y local durante los eventos El Niño analizados han dejado im- portantes lecciones y han visibi- lizado deficiencias que deben ser superadas. En general, la capaci- dad de reacción mostró que en momentos de crisis —como en el verano de 2017— es posible coordinar acciones multisecto- riales en forma rápida y eficien- te, y que existe un fuerte valor de solidaridad en la sociedad peruana. Por otro lado, las prin- cipales fallas se relacionan con las capacidades de ejecución y, en algunos casos, con la yuxta- posición de funciones o la falta de claridad de funciones entre algunos organismos ejecutores. Sin embargo, quizá los proble- mas más graves sean el de falta de prevención a largo plazo (zo- nificación urbana, habilitación urbana de infraestructura para el desagüe de lluvias, etcétera) y la falta de continuidad en acciones rutinarias de prevención (limpie- zas anuales de canales y reservo- rios, falta de mantenimiento en la infraestructura urbana y rural, entre otras).